Ya antes de nacer el niño es un ser dinámico por lo que no debemos impedir o limitar sus movimientos. Será en su primer año de vida cuando acumulará sus primeras experiencias vitales para el desarrollo del equilibrio y esquema corporal.
El talento de movimiento con el que
genéticamente estamos programados al nacer hay que educarlo desde el nacimiento
para que posteriormente de manera automatizada consigan hábitos o actitudes
posturales armónicas.
Lactancia: En los primeros días de la vida las posiciones
en la que colocamos al bebé en la cuna deben tenerse en cuenta, así como el
mobiliario a utilizar o la distribución de la habitación entre otras.
Reflexionemos
sólo en alguno de estos aspectos, como puede ser la situación de la cuna del
niño en su habitación.
La ventana y la puerta son elementos fijos en el espacio, pero muy importantes ya que por ellos se introducirán muchos estímulos visuales y auditivos que marcan las primeras bases sobre las que montará su esquema corporal; por lo tanto el niño debe ser cambiado de postura con frecuencia para que inicie un desarrollo simétrico tanto en la percepción como en su musculatura.
La ventana y la puerta son elementos fijos en el espacio, pero muy importantes ya que por ellos se introducirán muchos estímulos visuales y auditivos que marcan las primeras bases sobre las que montará su esquema corporal; por lo tanto el niño debe ser cambiado de postura con frecuencia para que inicie un desarrollo simétrico tanto en la percepción como en su musculatura.